La arquitectura invisible de la educación
Normalmente cuando pensamos en una escuela, la primera imagen que se nos viene a la cabeza es la de un aula con niños y niñas sentados, una pizarra llena de cosas escritas, recreos llenos de risas... pero pocas veces nos detenemos a pensar en qué hay detrás de todo aquello que vemos.
La escuela como institución es mucho más que un espacio donde se enseña, es un organismo vivo, complejo, que necesita de una estructura clara y bien definida para su buen funcionamiento. Precisamente eso es lo que me ha hecho reflexionar en esta entrada de mi blog, sobre los órganos, documentos y aquellos aspectos clave que son obligatorios para componer un centro educativo, aquellos que a menudo pasan desapercibidos pero que son necesarios para sostener todo.
Hablar sobre estructuras, jerarquías, documentos (como por ejemplo el PEC), puede parecer complejo ya que es pura "burocracia". Sin embargo, cuando uno comienza a investigar e informarse sobre el tema, descubre que estas estructuras son el marco que permiten que la educación florezca, aquello que aparentemente, puede parecer que limita la creatividad de las escuelas es, realmente todo lo contrario. Es , por ejemplo, lo que son el director, el guion y el escenario en una obra de teatro, estos documentos y órganos permiten que los alumnos, docentes y familias colaboren y construyan juntos.
El equipo directivo es, la pieza clave del centro. Dentro de este, el director, no es únicamente una responsabilidad administrativa sino algo más allá, algo humano y comunitario. Es la persona que guía, que escucha, que toma decisiones difíciles, pero que también debe ser capaz de ilusionar a los estudiantes y a sus familias, así como al resto del personal del centro, con su visión y su liderazgo. Esto me hizo pensar en cómo cada centro escolar, con sus peculiaridades, su historia, su entorno... necesita de líderes competitivos que transmitan y realicen más que simples gestiones, que sean líderes comprometidos con el crecimiento colectivo, para poder, a partir de ahí progresar.
El jefe de estudios es el segundo mando, tiene lo que aparentemente es, un papel mucho más "técnico" pero no por ello menos importante para el centro. Es el encargado de generar los horarios, las evaluaciones, las suplencias de los profesores... en resumen, es el que se encarga de que los centros escolares no sean un caos
Y el secretario o secretaria, que muchas veces pasa desapercibido, es quien se encarga del ámbito económico y de en general, la documentación del centro, y sin ellos, nada sería posible, el barco de la educación se hundiría.
Entonces, si el equipo directivo es la pieza clave de los centros educativos, el Consejo Escolar es su voz. Este órgano cuenta con todos los miembros de la comunidad educativa: docentes, alumnos, familias, incluso el ayuntamiento. Esta diversidad garantiza que la escuela no se convierta en una entidad cerrada sino que sea un espacio democrático, algo así como, una comunidad de vecinos, que son todos diferentes pero tienen la obligación de entenderse ya que comparten un espacio común. Y la escuela no es más que esto, un espacio dónde todos los miembros somos diferentes pero debemos escucharnos y entendernos porque compartimos este espacio común. Y algo que a mí personalmente me parece todo un acierto es que los alumnos a partir de la educación Secundaria puedan formar parte de este órgano, ya que de cierta manera, son los que viven esto más de cerca y así pueden expresarse libremente, poniendo en práctica además todo aquello que estudian.
Por otro lado, el Claustro del Profesorado, es el "alma" del centro, sin lo que sería incapaz de funcionar. No solo deciden sobre métodos y materiales sino que también debaten ideas, toman decisiones clave para el día a día, en resumen, ajustan el camino del aprendizaje para conseguir el bien común. Como futura docente, me gusta pensar que cada decisión que se toma allí tiene un impacto directo sobre cada niño, en su manera de trabajar tanto en casa como en clase, participar, incluso en algo tan sencillo y valioso como su propia motivación, y esto me parece algo profundamente poderoso con lo que, si se hacen las cosas bien, se pueden conseguir muchas cosas buenas.
Además, también están los documentos que son los que siempre pensamos que son "aburridos e innecesarios" pero sin embargo, son mucho más que eso. Sería interesante empezar a dejar de ver a los documentos como simples archivos, papeles, letras y números... Lo cierto es que son la memoria, la identidad y el futuro del centro escrito en palabras. El Proyecto Educativo del Centro (PEC), por ejemplo, es un texto vivo, que debe modificarse y adaptarse al contexto y a las circunstancias del centro.
Este es la carta de identidad, una especie de guía que marca la manera correcta, o al menos la más correcta, de tomar decisiones dentro del centro. No responde simplemente a preguntas como ¿Quiénes somos como centro?, ¿Qué queremos ofrecer a nuestros alumnos?, etc. Actualmente, tener un documento que subraya la singularidad de cada escuela, es casi revolucionario.
Este es la carta de identidad, una especie de guía que marca la manera correcta, o al menos la más correcta, de tomar decisiones dentro del centro. No responde simplemente a preguntas como ¿Quiénes somos como centro?, ¿Qué queremos ofrecer a nuestros alumnos?, etc. Actualmente, tener un documento que subraya la singularidad de cada escuela, es casi revolucionario.
La Programación General Anual (PGA) baja el PEC a la tierra. Lo convierte en acciones concretas, en actividades reales. Es un ejemplo de como el pensamiento estratégico (todas las ideas propuestas y generadas en este documento) deben ir de la mano con la ejecución (la puesta en práctica de las mismas).
Las Normas de Organización y Funcionamiento (NOF) son algo que no conocía pero que me parecen fundamentales ahora que sé de ellas. Responden a preguntas clave como ¿Cómo convivimos? ¿ Qué derechos y deberes tenemos?... Este documento, no solo organiza, también educa, porque enseñar a convivir quizás es uno de los aprendizajes más importantes que puede ofrecer una escuela. No debemos enseñar solo aprendizajes básicos puramente teóricos porque los alumnos son personas, personas que deben convivir, y a esto estamos acostumbrados a que nadie nos enseñe. No se trata solo de evitar problemas, sino de construir una base de respeto, corresponsabilidad y empatía que, más allá de formar a estudiantes altamente cualificados, que también, se formen principalmente como personas.
Algo que estamos tratando mucho últimamente en esta carrera es el Plan de Atención a la Diversidad (PAD) y que me parece muy interesante. En esta sociedad cada vez más heterogénea, donde las diferencias pueden ser motivo de exclusión, este documento asegura que nadie se quede atrás. Es una forma de compromiso con la justicia educativa y con la sociedad en general, de la humanidad. Todos como personas somos diferentes y no por ello, aquellos niños con necesidades específicas, adaptaciones, apoyos... no merecen una educación en igualdad de condiciones. Por ello algo fundamental para un centro educativo es poder garantizar una educación inclusiva e integradora para todos sus alumnos, por eso, tener un buen plan puede marcar la diferencia entre que los niños con necesidades especiales se sientan perdidos e excluidos o acogidos.
Por último, y muy relacionado con esto anterior, encontramos el Plan de Convivencia, lo que podemos conocer como "la columna vertebral de la paz escolar". Frente al acoso, el conflicto, el desánimo, este documento ofrece una salida y una solución. Me gusta y me parece fundamental que se hable no solo de sanciones sino también de prevención, de diálogo, de reparación. Porque, como hemos mencionado anteriormente, educar no es solo transmitir conocimientos, sino enseñar a los niños a convivir y eso implica acompañar en las gestiones de los conflictos y ofrecer múltiples opciones de soluciones pacíficas y bien estipuladas.
Ver como se conecta todo lo anterior, todo aquello que parece inmenso y complejo pero que, a su vez es necesario para el funcionamiento de un centro, actualmente es una realidad. Como hemos visto, algunos centros como el CEIP Alejandro Rubio o el Colegio Salesiano de Soto del Real, lo demuestran. Son un ejemplo de toda la teoría anterior llevada a la práctica, con proyectos educativos reales, con nombres, con voces, con experiencias, con errores... Nos recuerda como detrás de cada organigrama, de cualquier institución hay personas y es necesario que detrás de ellas haya sueños.
Y me quedo con algo más. En medio de los apuntes, aparece un poema: Palabras para Julia, de José Agustín Goytisolo. Y no es casual. Ese poema nos habla de resistir, de luchar, de creer en los demás, de no rendirse. Y me parece profundamente coherente con todo lo anterior, porque trabajar en una escuela es eso: es creer en el otro, es acompañar, es resistir cuando hay dificultades.
Al final, esta reflexión me deja una certeza: la escuela es un espacio político, humano, organizativo y emocional... y su organización no es un algo sencillo ni secundario. Es aquello que va a permitir la posibilidad de educar con justicia, con belleza, con sentido. Detrás de cada clase bien dada, de cada niño que se siente seguro, de cada familia que confía… hay un equipo, un consejo, un claustro. Hay documentos, sí. Pero, sobre todo, hay un proyecto colectivo.
Y en este mundo tan cambiante, tan incierto, tan desafiante, necesitamos escuelas bien organizadas, con corazón, con cabeza y con manos. Escuelas que no solo enseñen, sino que acompañen. Que no solo instruyan, sino que inspiren. Que no solo tengan normas, sino que tengan alma.
Reyes Angona, S. (2025, 18 de marzo). La organización escolar: órganos y documentos clave. Organización a las cinco y media. https://organizacionalascincoymedia.blogspot.com/2025/03/la-organizacion-escolar-organos-y.html
Reyes Angona, S. (2025, 19 de marzo). Centro escolar (Lección 5, Bloque 2): Organización y gestión de programas e instituciones educativas [PDF]. Clase 7 Centro Órganos y Documentos EPPED.
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